jueves, 23 de marzo de 2017

EL FIN ESTÁ EN EL RITMO



Swing: "(...) cuando un intérprete individual o un conjunto toca de una forma tan rítmicamente coordinada que provoca una respuesta visceral del oyente (hasta el punto de provocar el tamborileo de los pies y el cabeceo de la cabeza). Una sensación de irresistible flotabilidad gravitatoria que desafía incluso la misma definición verbal"

¿Qué buscamos cuando corremos? Muchas veces me he hecho esta pregunta y con el paso de los años ha ido variando su respuesta. Como en la vida, las dificultades del camino van matizando nuestro carácter y sobre todo, nuestros sentimientos. Quizás, cuando empiezas a correr, como en la juventud, buscas la visceralidad, la dualidad estímulo-recompensa, y sólo con esto, la satisfacción es absoluta.

Conforme vas madurando vas buscando otras sensaciones en las actividades que realizas. Te vuelves más analítico, intentas diseccionar las partes para llegar al todo, a la esencia. Te dejas guiar menos por las pasiones, por el goce instantáneo y buscas esa sensación de plenitud que se prolonga más en el tiempo. La eterna lucha de conseguir el equilibrio entre intensidad y duración. Y así, en el correr como en la vida, llegas al ritmo.

El ritmo marca el correr. El controlarlo, el variarlo para avanzar y poder disfrutar de esta maravillosa actividad. Una vez que domas lo instintivo, puedes llegar a encontrar ese ritmo. El ritmo es la técnica, la respiración, la zancada, las pulsaciones, …. Hay veces que cuadras todas esas variables y te notas en equilibrio con el entorno, lo que denominan el momento infinito.

En búsqueda de ese ritmo, el correr te puede llevar a estados de frustración, de crispación. Como buenos marineros deberemos enderezar el rumbo y no llevar el barco contra las rocas. Porque las actividades que te aportan mucho, también te pueden restar mucho.

Dicen que cuando te vuelves solitario y ansías disfrutar de esa soledad corriendo, es que estás huyendo de tí mismo. Pienso lo contrario, correr en soledad, para mí, no es una huida, es una búsqueda. Una búsqueda que no tiene fin, de ahí el enamoramiento que surge con el correr. Como el conocimiento, sólo lo que no tiene límite, no llega a cansarte nunca.

Mi respuesta a la pregunta inicial, es que corro para encontrar mi ritmo…

Julio Cortázar “Yo creo que el elemento fundamental al que siempre he obedecido es el ritmo”

jueves, 16 de marzo de 2017

MEDIA MARATÓN ZARAGOZA 2017


El 12 de marzo corría la media de mi ciudad, Zaragoza. Llegaba algo cansado ya que los kilómetros de carga van pesando de cara a afrontar la maratón del 2 de abril. Además venía de batir mi marca en la Media de Tudela (1:18:31)  y llegaba esperanzado de volver a batirla.
Salió el domingo caluroso y con algo de viento. Calentamiento previo, saludando a amigos y conocidos y me dirijo a la línea de salida. Compartir cajón con la gente que admiras de siempre es un honor. 

3,2,1… Y a correr. Se sale muy rápido y me veo contagiado. Decido salir valiente, a arriesgar. Primeros kilómetros en 3:32, 3:32, 3:38, 3:34, teniendo muy cerca a los que de verdad corren. Porqué no decirlo, me sentía orgulloso de estar ahí. Siguen pasando los kilómetros, mantengo ritmos altos entre 3:39 y 3:45 pasando el kilómetro 10 en 3:37, acercándonos a pasar por primera vez por meta.



Empiezo a notar pesadez en piernas y que no voy tan fino. Del 10 a 15 voy perdiendo ritmo, me van pasando compañeros y siento que la salida ha sido muy rápida. No me fustigo, mi cabeza se va directamente al 2 de abril. Decido sufrir lo justo y bajar ritmos.


Acabo algo mejor, pero al final paro el crono en 1:22:04, puesto 81. No estoy contento del todo, pero otra carrera más que me sirve de aprendizaje.
Lo peor, la muerte de un compañero, Juan Murillo, Descansa en Paz…